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Aunque el resultado visual puede ser muy similar, hay varios puntos que diferencian al parquet de la tarima flotante.
El parquet se compone totalmente por madera, mientras que en la mayoría de tarimas flotantes no es así.
De hecho, la tarima se compone de derivados de la madera, y es la última capa la que imita o está formada por madera natural. De esta forma se consigue un aspecto muy similar al parquet, pero con un menor coste.
Con respecto a la composición de estos dos tipos de suelo, hay que puntualizar que también existen tarimas flotantes macizas, hechas enteramente de madera. Y, por otra parte, también es posible hablar de parquet sintético o laminado.
Más adelante veremos las distintas posibilidades en cuanto a sistemas de instalación del parquet. No obstante, lo más habitual es que se instale sobre el pavimento de la casa mediante un adhesivo. Además, suele requerir obra.
La instalación de la tarima flotante es más fácil. Es suficiente con colocarla sobre el suelo base, y no es necesario pegarla ni hacer obra, ya que se instala mediante un sistema de clics. Normalmente se coloca sobre una capa de material aislante que también sirve para nivelar y amortiguar.
El parquet es un producto bastante delicado y es necesario limpiarlo con productos específicos. También es importante acuchillarlo cada cierto tiempo. Además, es un material blando y no posee mucha resistencia frente a golpes o arañazos.
En el caso de la tarima es suficiente con pasarle una fregona para mantenerla limpia. No obstante, cuando se daña es necesario retirar la lama afectada y sustituirla por una nueva. No se puede restaurar el material, mientras que con la madera del parquet sí que es posible.
En este apartado el parquet es el ganador indiscutible. Este tipo de suelo ofrece una imagen elegante y sofisticada que ningún otro material puede imitar.
Sí que es cierto que las tarimas flotantes ofrecen un resultado visual muy parecido, pero a la hora de la verdad existe una diferencia estética notable.
Podemos agrupar el parquet en diferentes tipos en función del material con el que han sido elaborados y por el modo de instalación.
En este apartado podemos hablar principalmente de dos opciones:
Dependiendo del tipo de instalación también podemos hablar de distintos tipos de parquet. En este sentido es posible encontrar:
Este método consiste en pegar el parquet al suelo. Es el más costoso pero, a su vez, es el que garantiza mejores resultados. De hecho, con él se consigue una pisada silenciosa y una mayor durabilidad.
Sin embargo es una forma muy complicada de instalar el parquet. Es necesario realizar obra, y la solera debe estar firme y bien nivelada.
Este es el método más popular, fácil y económico.
En primer lugar, se coloca una capa de espuma para proteger la madera de la humedad. Después, las lamas se encajan como un puzzle sobre esa capa.
Como puedes observar, es un sistema mucho más sencillo y rápido. En algunos casos se utiliza un sistema de clic, que todavía facilita más el montaje.
Este tipo de parquet es macizo y machihembrado. Se clava sobre sobre una base de listones de madera que se colocan ligeramente separados entre sí.
Esta instalación también es bastante complicada, por lo que es la opción menos popular.